Apego en el desarrollo infantil

El apego infantil es específico de la relación entre padres e hijos y se da cuando hacer sentir a su pequeño protegido, se torna fuera de lo normal.

El apego infantil se refiere a una conexión especial que se forma entre el cuidador primario y el niño. Esta es una relación emocional con una persona en específico, por lo general perdurable; produce seguridad, agrado y consuelo; la pérdida o amenaza de pérdida de esta persona, provoca ansiedad en los niños.

De acuerdo al psicoanalista  John Bowlby, la conducta del apego es la forma de comportamiento que hace que una persona conserve proximidad con otro individuo diferenciado y preferido.

En el caso de los niños, es el resultado de la interacción del bebé con el mundo exterior, durante la presencia de la figura que cuida de él o ella.

La forma en que este cuidador o cuidadora responde a sus inquietudes, determina  ciertos sistemas de conducta que se activan en los primeros 8 a 36 meses de edad.

No se debe confundir la vinculación con el apego infantil

El apego infantil no tiene relación alguna con los vínculos paternales u otros roles que se desempeñan como parte de la paternidad. Sin embargo, en repetidas ocasiones suele relacionarse con estos o confundirse el término “vínculo” con el apego.

El  vínculo materno-infantil, es un proceso vital que comienza muy temprano en la infancia y continúa en los próximos años.

Fue un concepto desarrollado por los investigadores Klaus y Kennell. En el que sugieren que el vínculo entre padres e hijos depende del contacto piel con piel durante un período crítico a temprana edad. No obstante, esto no tiene ninguna relación con el apego.

Cuando se cuestiona qué es el apego infantil saludable o seguro, suele hacerse referencia erróneamente a, por ejemplo “un bebé de seis meses siendo amamantado por su madre”. Así como “una niña de siete años y su padre, mientras realizan alguna actividad juntos”. Estos escenarios tienen poco o nada que ver con el apego.

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En estos ejemplos están involucrados los roles parentales. El cuidar de la salud del bebé, en el caso de la madre que amamanta; y un compañero de juegos, en el caso del padre.

La diferencia entre los vínculos paternales y el apego, podría radicar en el hecho de que el crear estos vínculos no determina ninguna influencia negativa en el desarrollo del niño. Mientras que el apego es un predictor poderoso del resultado social y emocional a futuro del infante.

¿Cómo se crea el apego?

De acuerdo a la  Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., esto depende de la respuesta que el padre, madre o cuidador principal da al niño cuando el sistema de apego de los niños se activa.

A partir de los 8 meses de edad, los bebés comienzan a anticipar respuestas de quien les proporciona atención física y/o emocional con frecuencia, principalmente ante sus angustias.

De esta forma, los niños moldean sus propios comportamientos. En relación a su figura de apego y las respuestas que estos les dan. Es decir, desarrollan estrategias para enfrentar la angustia cuando están en presencia de quien los cuida regularmente.

Para saber si el apego de tu hijo es seguro o sano, puedes hablar con un especialista.

 


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