Cyberchondria: ansiedad digital por la salud
Buscar síntomas en Google puede aumentar la ansiedad. La Cyberchondria afecta la tranquilidad y se combate con información confiable y hábitos conscientes.
Qué es la Cyberchondria
Cómo se manifiesta
Las personas con Cyberchondria suelen pasar largos periodos buscando explicaciones a molestias comunes. Saltan de un sitio a otro, comparan síntomas y, sin darse cuenta, alimentan su ansiedad.
A menudo, los resultados de búsqueda presentan diagnósticos graves antes que causas simples. Esa exposición repetida puede distorsionar la percepción del propio cuerpo y aumentar la angustia. Con el tiempo, este hábito puede afectar el sueño, el rendimiento laboral y las relaciones personales.
Factores que la favorecen
1. Ansiedad por la salud
Quienes se preocupan con frecuencia por enfermar son más propensos a la Cyberchondria. Creen que buscar más información les dará tranquilidad, pero el exceso de datos genera el efecto contrario.
2. Escasa alfabetización digital
No todas las páginas médicas ofrecen información verificada. Cuando una persona carece de criterios para evaluar la fiabilidad de una fuente, tiende a creer contenidos inexactos o alarmistas.
3. Uso excesivo del teléfono
El acceso inmediato a buscadores desde el celular alimenta la impulsividad de consultar cualquier síntoma. Cuanto más frecuente es el hábito, mayor puede ser el nivel de ansiedad resultante.
Consecuencias en la salud mental
Diversas investigaciones señalan que la Cyberchondria se asocia con aumento del estrés, síntomas depresivos y deterioro del bienestar general. En lugar de tranquilizar, la búsqueda constante puede crear un círculo vicioso: más dudas generan más búsquedas y, por tanto, más angustia.
Además, este patrón afecta la confianza en los profesionales de la salud, ya que el paciente puede cuestionar diagnósticos o insistir en estudios innecesarios basándose en lo que leyó en línea.
Cómo manejar la Cyberchondria
- Limita el tiempo de búsqueda: evita consultar síntomas varias veces al día.
- Revisa la fuente: usa sitios institucionales o publicaciones científicas.
- Consulta a un médico: no reemplaces la orientación profesional por información en línea.
- Desconéctate regularmente: reserva momentos libres de pantallas.
- Practica técnicas de calma: ejercicios de respiración o mindfulness ayudan a romper el ciclo de ansiedad.