Síndrome de piernas inquietas: nuevos hallazgos

Nuevos descubrimientos ofrecen esperanza para millones de personas que sufren del síndrome de piernas inquietas y proporcionan una base sólida para futuras investigaciones.

El síndrome de piernas inquietas es una condición que afecta a un gran número de personas, especialmente a los ancianos.

Este trastorno neurológico se caracteriza por una necesidad irresistible de mover las piernas.

Además, se acompaña a menudo de sensaciones incómodas como hormigueo, ardor o picazón.

La condición suele empeorar en las tardes y noches, interfiriendo con el sueño. En consecuencia, afecta la calidad de vida de quienes lo padecen.

Prevalencia e impacto del síndrome de piernas inquietas

El síndrome de piernas inquietas es relativamente común, afectando a una de cada 10 personas mayores.

Se estima que hasta un 3% de estos individuos buscan asistencia médica debido a la severidad de sus síntomas.

Además de las molestias físicas, muchas personas con síndrome de piernas inquietas también sufren de comorbilidades. Entre ellas: depresión, ansiedad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes.

Esta combinación de problemas puede agravar significativamente su bienestar general.

Avances en la investigación genética

Un hallazgo reciente publicado en la revista Nature Genetics ha arrojado luz sobre las bases genéticas del síndrome de piernas inquietas.

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto nuevas pistas genéticas. Las cuales podrían ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar este trastorno.

Este avance permite una mejor comprensión de las causas subyacentes del síndrome. Asimismo,  abre la puerta al desarrollo de nuevos tratamientos más efectivos.

Descubrimientos clave

La investigación fue liderada por científicos del Instituto Helmholtz de Neurogenómica de Múnich, Universidad Técnica de Múnich y la Universidad de Cambridge. Dicho estudio es el más grande de su tipo hasta la fecha.

Los investigadores analizaron datos de tres estudios de asociación del genoma completo, comparando el ADN de pacientes con síndrome de piernas inquietas con el de individuos sanos.

El resultado fue la identificación de más de 140 nuevas localizaciones genéticas de riesgo. Lo cual es ocho veces mayor que las previamente conocidas.

Sorprendentemente, se encontraron tres de estas localizaciones en el cromosoma X.

Sin embargo, no se detectaron diferencias genéticas significativas entre géneros. A pesar de que el síndrome es dos veces más común en mujeres.

Este hallazgo sugiere una compleja interacción entre la genética y el ambiente.

Implicaciones para el tratamiento y diagnóstico

El conocimiento de estas nuevas localizaciones genéticas puede ser crucial para el desarrollo de métodos de diagnóstico más precisos.

Así como para tratamientos personalizados para el síndrome de piernas inquietas.ii

Por otro lado, aunque los niveles bajos de hierro en la sangre han sido sugeridos como un posible desencadenante del síndrome, no se encontraron vínculos genéticos sólidos con el metabolismo del hierro.

Esto no descarta por completo su influencia, pero sugiere que otros factores genéticos y ambientales también juegan un papel importante.

En resumen, estos descubrimientos ofrecen una nueva esperanza para millones de personas que sufren del síndrome de piernas inquietas.

Además, proporcionan una base sólida para futuras investigaciones. Así como para tratamientos innovadores que podrían mejorar significativamente su calidad de vida.


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